domingo, 31 de octubre de 2010

LA IMPRENTA DE ANTONIO RICARDO


Antonio Ricardo o Riccardi, era un turinés, que en su paso por México, se enteró que en 1558 el monopolio que favorecía al primer impresor Juan Pablos, había sido abolido, por lo que llegar al Perú y ejercer el oficio de impresor podía ser muy rentable. Es así que al observar que su propis imprenta era pequeña, compró parte del taller del francés Pierre Ochart (Pedro Ocharte), del cual fue socio hasta 1578; esto se demuestra ya que en ese año se publica en México "El Vocabulario de la Lengua Capoteca) de Fray Juan de Córdova, donde aparece el sello conjunto de Pedro Ocharte y Antonio Ricardo"

Ricardo aprovecha quiso aprovechar la oportunidad de viajar con el inquisidor Alonso Fernández de Bonilla, pero tuvo problemas de permiso, por ser extranjero y estar casado con una mexicana.
Luego de casi siete meses, el 16 de octubre de 1580, el gobernador Diego de Artiaga, le da licencia para poder realizar el viaje que tanto anhelaba


LOS PRIMEROS IMPRESOS LIMEÑOS

Cuando recién se instala en Lima, tiene gastos cotidianos y pocos ingresos, adicionados a la prohibición de imprimir en el Perú, por orden del Rey.

Ricardo tuvo que recurrir a su persuasión para conseguir el apoyo del cabildo y de la Universidad. Obtuvo sobre todo la protección de los Padres Jesuitas, con quienes muchas veces había trabajado en México y lo ayudaron mucho. Fue así como la Audiencia gobernadora por muerte del Virrey, permitió que lleve su imprenta en la casa y colegio San Pablo de la Compañía de Jesús, bajo la vigilancia del Padre Rector.
En el transcurso de este tiempo Antonio Ricardo tuvo que esperar la aprobación del Rey. La ocasión la dio el III Concilio, efectuado en Lima en 1582 y 1583, que acordó difundir el Catecismo y el Confesionario para curas de indios aprobado por los Obispos para que también sea traducido a las dos lenguas generales del Perú: la quechua y la aymara. La Audiencia que gobernaba por el fallecimiento del Virrey Martín Enríquez, expidió la Provisión Real del 13 de agosto de 1584, que dio curso oficial a la edición.

El 29 de setiembre de 1582 se había expedido en Lisboa la Real Pragmática que ordenó la adopción del calendario reformado por el Papa Gregorio XIII y que se quitaran 10 días del mes de octubre "contando quince de octubre cuando se habían de contar cinco". Esta orden se recibió en Lima el 19 de abril de 1584, ordenando que se imprimiera, esto fue interpretado como un permiso, por lo que Antonio Ricardo suspendió la impresión de "La Doctrina Cristiana y Catecismo para instrucción de los indios" que estaba por terminar, para dar prioridad a "La Pragmática de los diez días".


LAS DESVENTURAS DE FRANCISCO DEL CANTO

Francisco del Canto era hijo del célebre impresor del mismo nombre, experto en el arte tipográfico, como lo demuestran las muy cuidadas impresiones que realizó desde 1554 hasta su muerte en 1590, entre ellas los dos volúmenes de "Repúblicas del Mundo" de Fray Gerónimo Román y Zamora.
De los problemas y los riesgos de las empresas de Francisco del Canto en el Perú ha quedado constancia en los registros notariales. Se sabe que muchas veces fue amigo y competidor de Pedro de Salvatierra en la venta de libros y cartillas. Más de una vez del Canto es demandado y llevado a la cárcel; pero posteriormente la enemistad termina y hasta figura como fiador en la compra que del Canto hizo a la imprenta de Antonio Ricardo.


LAS RELACIONES DE RICARDO Y DEL CANTO

Antonio Ricardo debido a una posible dolencia que lo llevó a redactar su testamento, menciona a del Canto como en calidad de testigo. Pero la mayor vinculación que tuvieron, es que del Canto trabajó junto a Ricardo en la imprenta, por ser esta la única que existía en el Perú. A pesar de haber realizado impresiones juntos, a comienzos de 1605 sólo figura en el pie de los libros el nombre de Antonio Ricardo.


LA VENTA DE LA IMPRENTA:

Ricardo, estaba muy enfermo en 1605. Francisco del Canto, con experiencia de veinte años en el oficio, era el más indicado para que se le traspasara la imprenta, que seguramente muchos codiciaban. Al final la adquirió pero como no tenía lo suficiente para el pago total, Pedro de Salvatierra lo ayuda. Esta venta se hizo el 18 de julio de 1605 por la suma de 3000 pesos de a 9 reales. Luego del Canto queda como único impresor de la ciudad, con prensas propias.
Luego en 1606, en el mes de abril, Antonio Ricardo murió en Lima. La imprenta queda sin ser pagada en su totalidad, para luego ser embargada por un proceso judicial el 17 de noviembre de 1612.

No hay comentarios:

Publicar un comentario